Igualdad

Mujeres en puestos de liderazgo en Sanidad, asignatura pendiente en la UE

SATSE y otros sindicatos de toda Europa plantean soluciones a la escasa presencia femenina en puestos de gestión y responsabilidad.

Paloma Repila, presidenta de la Comisión de Expertos en Salud de CESI, durante la Conferencia Sectorial de Sanidad

La ausencia de mujeres en puestos de liderazgo y responsabilidad dentro del sector sanitario no es solo un problema de nuestro país, sino que está generalizado en el resto de los países miembros de la UE. Solo alrededor del 30 por ciento de estos puestos están ocupados por mujeres.

Una realidad que ha sido abordada en la última reunión de la Conferencia Sectorial de Sanidad de la Confederación Europea de Sindicatos Independientes (CESI), celebrada en Belgrado, y que contó con la asistencia de la presidenta de SATSE, Laura Villaseñor.

Un encuentro en el que Paloma Repila, adjunta a la Secretaría de Acción Sindical de SATSE, fue elegida oficialmente presidenta de la Comisión de Expertos en Salud de la Confederación.

Feminización del sector salud

Repila fue la encargada de abordar la falta de las mujeres en puestos de responsabilidad pese a tener una presencia mayoritaria en el sector sanitario.

Entre otros datos, destacó que, en 2022, el 78 por ciento del personal sanitario en la Unión Europea eran mujeres.

En el caso de las enfermeras, en los países de la UE, más del 75 por ciento son mujeres, y en 9 de los 17 países con datos disponibles, este porcentaje supera el 90 por ciento.

Salarios

No obstante, las mujeres están subrepresentadas en puestos de decisión y, además, ganan un 28 % menos que los hombres.

La situación es que las mujeres se concentran en profesiones tradicionalmente feminizadas, como Enfermería que suelen estar peor remuneradas, tienen menor poder de decisión y un menor prestigio en comparación con los roles dominados por los hombres.

Estancamiento profesional

Las consecuencias son claras. Se produce un evidente estancamiento profesional, con un acceso limitado a roles mejor remunerados y más autónomos, y una subvaloración del trabajo esencial de cuidado.

Este "techo de cristal" que impide a las mujeres ascender a puestos superiores, a pesar de contar con la cualificación y la experiencia necesarias, se produce porque los ámbitos de toma de decisiones están dominados por los hombres.

Carreras

Otro aspecto reseñable es que las mujeres deben compaginar carreras profesionales exigentes con las responsabilidades domésticas.

Repila afirmó que esta realidad conlleva una falta de perspectiva de género en las políticas sanitarias, la infrautilización del talento femenino y una menor diversidad en la toma de decisiones, lo que reduce la innovación en modelos de atención sanitaria equitativos.

Políticas activas

Por ello, y dado que está constatado que la feminización del sector salud no implica igualdad de género, la representante de SATSE subrayó la necesidad de implementar políticas activas para redistribuir el liderazgo y el poder de decisión; revalorizar y profesionalizar el trabajo de cuidado; eliminar la brecha salarial estructural de género, y brindar un apoyo real para la conciliación de la vida laboral y personal.

En definitiva, según dijo, hay que establecer iniciativas sociales, educativas y políticas para promover un cambio cultural y concienciación social; acceso a formación y educación de calidad; profesionalizar el sector y los puestos directivos, y contratar a los profesionales más cualificados.

También hay que desarrollar planes de igualdad; auditorías salariales (a veces es necesaria la discriminación positiva, como la paridad); transparencia e igualdad salarial, tanto a corto como a largo plazo; el fomento de la conciliación de la vida laboral y personal y, sobre todo, generalizar una responsabilidad compartida para lograr la igualdad de oportunidades.