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Nuevas guías de indicación enfermera: deshabituación al tabaco y anestésicos locales.

Gracias a estas nuevas guías, las enfermeras y enfermeros pueden indicar nuevos fármacos en procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales y también a los pacientes que desean abandonar su hábito al tabaco.
Persona que quiere dejar de fumar

El Boletín Oficial del Estado ha publicado dos guías para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de enfermeras y enfermeros, elaboradas por la Dirección General de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad.

Ambas guías  fueron elaboradas y aprobadas el pasado 26 de febrero de 2024 por la Comisión Permanente de Farmacia del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS).

Los nuevos fármacos incluídos en las guías

Los dos nuevos fármacos que las enfermeras y enfermeros pueden indicar a los pacientes que desean dejar de fumar son: Vareniclina y Citisiniclina.

Por su parte, los medicamentos listados en la Guía de indicación enfermera: procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales son: Bupivacaína, Lidocaína, Mepivicaína, Tetracaína. Combinaciones de Amidas, Combinaciones con Bupivacaína, Asociaciones Tetracaína+ Nafazolina y Asociaciones Tetracaína+ Oxibuprocaína.

Mejorando la atención sanitaria

Estas guías son fruto de la colaboración y validación de expertos de diferentes ámbitos profesionales (enfermería, farmacia y medicina) y un grupo de profesionales en representación de las organizaciones sanitarias y corporaciones profesionales implicadas.

Pretenden orientar las actuaciones de las enfermeras en el tratamiento farmacológico de personas en proceso de deshabituación tabáquica así como en la administración de anestésicos locales (con las que se colabora en la consecución del objetivo terapéutico de eliminar el dolor en estos procedimientos y prevenir futuras complicaciones).

Es muy importante normalizar su implantación en la práctica clínica diaria y promover de una manera proactiva y coordinada la participación de todo el equipo asistencial.

Sus contenidos se revisarán al menos cada cinco años para así incorporar la nueva evidencia disponible. Además, durante ese tiempo, se integrarán las novedades científicas o actualizaciones necesarias.

Guía sobre el tabaco

La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública mundial. Mata a más de 8 millones de personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno.

El tabaco mata a más de 8 millones de personas al año.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el consumo de tabaco es responsable del 70 % de todas las muertes a nivel mundial entre los 30 y los 69 años de edad

El consumo de tabaco en España

El tabaquismo es la primera causa de muerte evitable y el principal problema de salud pública en nuestro país. No solo causa una elevada tasa de morbimortalidad, sino que también disminuye la calidad y la esperanza de vida de las personas.

En España fallecen anualmente alrededor de 50.000 personas, como consecuencia del consumo de tabaco. El 33,1 % se debe a cáncer de pulmón siendo la primera causa de muerte atribuible al tabaquismo, seguido de enfermedades cardiovasculares con un 27 % y enfermedades respiratorias 23 %.

La tendencia de consumo, según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, es que un 16,4 % de mujeres y un 23,3 % de hombres fuman a diario. El porcentaje más alto en los hombres corresponde al grupo de edad de 25 a 34 años y en las mujeres al grupo de 45 a 54 años.

A lo largo de los últimos años, el porcentaje de población fumadora ha descendido considerablemente entre los jóvenes, aunque se aprecia una tendencia al alza en el uso de nuevos dispositivos de administración de nicotina.

Dejar de fumar

Al tratar de abandonar este hábito, son muchas las personas fumadoras que encuentran dificultades y recaen. En este sentido, es importante garantizar su acceso al consejo sanitario respecto al consumo de tabaco y la exposición al humo del tabaco ambiental, y a los distintos recursos de ayuda para dejar de fumar.

Aquí, el rol de la Enfermería es fundamental a la hora de realizar:

  • Una valoración individualizada (del grado de aceptación, la adherencia al tratamiento, la aparición de efectos secundarios y síntomas derivados del síndrome de abstinencia).
  • Combinar los diferentes tipos de intervenciones necesarias para modificar la conducta y el uso de fármacos eficaces en base a los protocolos establecidos.

Guía sobre el uso de anestésicos

Los anestésicos locales son fármacos se utilizan en procedimientos vinculados a pruebas diagnósticas o terapéuticas y procedimientos de cirugí­a menor de urgencia o programada para generar una pérdida de sensibilidad de una parte reducida del cuerpo sin que el paciente pierda la consciencia.

Comenzaron a usarse en la práctica clínica en 1946 y a día de hoy siguen utilizándose en muchos procedimientos que son práctica habitual de las enfermeras, en el ámbito de sus competencias, ofreciendo una atención integral a las personas que necesiten este tipo de intervenciones. Por este motivo es necesario conocer su farmacologí­a y las complicaciones derivadas de su uso en actividades diagnósticas y terapéuuticas.

Las intervenciones enfermeras comprendidas en esta nueva práctica clínica:

  1. Valoración previa del paciente en la que se tendrán en cuenta las condiciones en las que el paciente se enfrenta al evento para prevenir riesgos, tras una adecuada anamnesis médica y/o enfermera.
  2. Control del instrumental, campo quirúrgico, preparación de la zona, medicación anestésica…
  3. Administración de anestesia local y realización de la intervención.
  4. Seguimiento y cuidado de la herida en cirugía o punto de inserción o acceso en otros procedimientos.
  5. Asesoramiento del paciente e intervenciones básicas, dirigidas a garantizar su independencia en la realización de autocuidados.

Todas estas actuaciones se dirigen a alcanzar unos resultados en salud positivos en un entorno adecuado de información, seguridad, confidencialidad y confort.

Un adecuado abordaje anestésico es clave en el control y la minimización de sus efectos. Por ello, las consultas de Enfermería deben incorporar herramientas que garanticen el seguimiento protocolizado del uso de anestésicos locales en colaboración con el resto de profesionales de referencia. 

Criterios específicos

La población diana son los adultos y menores de edad que debido a su patología o situación, necesitan de una intervención de la enfermera o el enfermero, en base a sus competencias, en procedimientos que requieran el uso de anestésicos locales (entendiendo con ello procedimientos vinculados a pruebas diagnósticas o terapéuticas que cursan con dolor) y mediante el uso de protocolos y guías asistenciales consensuados.

Los procesos asistenciales, patologías y situaciones clínicas en los que podrán indicar dichos medicamentos son aquellos procesos, programados o urgentes, que requieran una intervención de Enfermería donde sea necesario eliminar el dolor ocasionado por el procedimiento.

Es necesario dejar constancia, en la historia clínica del paciente, la identificación de la enfermera o el enfermero que realiza dichas actuaciones en base a sus competencias y de acuerdo al protocolo y guía asistencial .

Otras guías de indicación enfermera

Estas nuevas guías de indicación enfermera se unen a otras ya aprobadas por el sobre los fármacos destinados al tratamiento y control de la fiebre, la hipertensión, diabetes, anticoagulación oral, heridas, quemaduras u ostomías.

En la actualidad se está trabajando en otras guías de indicación enfermera relacionadas la salud sexual y reproductiva.

Un nuevo avance para la Enfermería

La aplicación de estas guías en la práctica asistencial supone optimizar mejorar las competencias profesionales de la Enfermería así como su desarrollo de actuaciones de valor tales como:

  • Educar a paciente y la persona encargada de su cuidado en el manejo del tratamiento farmacológico y de los cuidados asociados.
  • Mejorar su adherencia al tratamiento a través de diferentes estrategias y proporcionar un seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en salud.
  •  Detectar e informar sobre los posibles efectos adversos relacionados con el tratamiento.
  • Prevenir la aparición de complicaciones asociadas al tratamiento y a la propia patología.
  • Facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la medicación evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, prórroga, modificación o interrupción de tratamientos.
  • Reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y los protocolos que se deriven de la misma en base a las últimas evidencias disponibles.
  • Maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que se derivan de la misma.