Laboral

La COVID-19 debe seguir siendo una enfermedad profesional

SATSE defiende la vigencia del Real Decreto que regula la asimilación de la COVID-19 como enfermedad profesional. Esta prestación es una medida de protección para los profesionales sanitarios y sociosanitarios.
Enfermera limpia una jeringuilla

SATSE considera que el levantamiento de las medidas extraordinarias por la pandemia no anula el derecho de los profesionales sanitarios a la asimilación de la COVID-19 como enfermedad profesional.

Este derecho quedaba regulado en el artículo 6 del RD 3/2021 donde se expresa que el personal que preste servicios en centros sanitarios y sociosanitarios y hayan contraído el virus SARS-CoV- 2 tendrá las mismas prestaciones que as personas que se ven afectadas por una enfermedad profesional.

Tras la publicación de la Orden del Ministerio de Sanidad que declara la finalización de la situación de crisis sanitaria, SATSE defiende que, para hacer efectiva la derogación de esa prestación, “debería mencionarse expresamente, tal y como se ha hecho en  esta Orden con las medidas que han sido derogadas”.

Reclamaciones

La organización sindical, y de acuerdo a este posicionamiento, continuará reclamando este derecho tal y como ha venido haciendo desde el inicio de la pandemia a través de las reclamaciones individuales de enfermeras y fisioterapeutas que han contraído la enfermedad de COVID-19 en el ejercicio de su profesión.

"Las enfermeras se ven expuestas a este riesgo biológico de manera continuada por las características intrínsecas de su trabajo"

Esta impacto, añade, no solo se refiere a los nuevos casos de COVID-19, que con mayor frecuencia se dan en estos profesionales, sino que se manifiesta también en el elevado número de los mismos afectados de COVID Persistente.

Por todo ello, SATSE ha solicitado al Ministerio de Seguridad Social una aclaración expresa sobre la vigencia del Real Decreto 3/2021, que es el que contempla esta medida de protección a los profesionales sanitarios y sociosanitarios.

Mascarillas

SATSE hace un llamamiento a la responsabilidad en relación con la transmisión de enfermedades respiratorias, y recuerda que los centros sanitarios son ámbitos de especial vulnerabilidad en los que se ha demostrado la necesidad de reforzar el uso de la mascarilla en determinados contextos y situaciones.

Entre estas situaciones, se contemplan su uso por las personas sintomáticas cuando estén en espacios compartidos; por los profesionales que atienden a casos sintomáticos, y las personas que trabajan en unidades de Cuidados Intensivos y en Unidades con pacientes vulnerables.

También en las urgencias hospitalarias o de Atención Primaria, incluida la sala de espera y en los centros residenciales. En este último caso, aunque no se recomiende el uso universal de las mascarillas, se considera necesario tomar precauciones adicionales en caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes.