Profesional

Por una enfermera escolar, al menos, en cada centro educativo

SATSE y la Asociación Nacional e Internacional de Enfermera Escolar (AMECE) se reúnen para trabajar conjuntamente por la enfermera escolar
Reunión SATSE AMECE

Laura Villaseñor junto a Natividad López y Noemi Prieto

La presidenta de SATSE, Laura Villaseñor, y Natividad López, presidenta de AMECE han mantenido un encuentro en el que se han comprometido a trabajar conjuntamente por la enfermera escolar. A la reunión también se ha sumado Noemí González, enfermera escolar.

Ambas organizaciones tienen en marcha diferentes proyectos para conseguir ampliar la red de enfermeras escolares. Acciones dirigidas a que cada centro educativo cuente, al menos, con una enfermera escolar, una necesidad social. La enfermera escolar supone un cambio importante en la vida de miles de familias.

Cuidar, educar y proteger

La enfermera escolar es clave para cuidar, educar y proteger la salud en la infancia y la adolescencia. Ambas organizaciones se comprometen a trabajar juntas para conseguir que la enfermera escolar, profesional plenamente consolidado en otros países, tenga una regulación clara y uniforme en España.

También colaborarán estrechamente para conseguir un aumento paulatino del número de enfermeras escolares.

Ambas organizaciones apuestan por un modelo de consenso que facilite la presencia de la enfermera en los centros educativos donde pueda desarrollar todas las competencias de este perfil profesional.

Competencias

Las competencias de la enfermera escolar abarcan tanto la esfera terapéutica y asistencial, como la educación para la salud, la prevención y fomento de la salud a través de la colaboración con todos los miembros de la comunidad educativa. Entre ellos el alumnado, las familias y el profesorado. 

La enfermera escolar debe liderar los procesos de salud en los centros educativos en colaboración con los servicios sanitarios y educativos.

La enfermera escolar favorece en gran medida la conciliación de la vida laboral y familiar, y evita el absentismo escolar de muchos menores con problemas de salud crónicos y también de sus progenitores.

Por otra parte, libra a los docentes y otro personal de los centros educativos de la responsabilidad que se les ha impuesto de proporcionar una atención en salud para la cual no están formados ni tienen competencias.