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Consejos para organizar tu tiempo antes de los exámenes

Organizarse para llegar a todo y llegar bien exige una reflexión concienzuda de cómo cualquier estudiante usa su tiempo

Gestionar de forma eficaz el tiempo de estudio es una asignatura pendiente para muchos estudiantes, especialmente en la universidad, pero también es la fórmula perfecta para prevenir el estrés y la ansiedad antes de los exámenes, sin olvidar el impacto directo que tiene sobre las notas.

Organizarse para llegar a todo y llegar bien exige una reflexión concienzuda de cómo usas tu tiempo, una planificación hecha con suficiente antelación y un compromiso con uno mismo para cumplir con lo prometido. Estos cinco pasos ayudan a conseguirlo:

- Empieza cuanto antes a planificarte

Si no sacas la agenda hasta que no termina el cuatrimestre, probablemente tengas un problema. Aunque lo habitual es empezar a organizar el estudio cuando los exámenes comienzan a asomarse en el horizonte, lo recomendable es preocuparse por ello mucho antes. Nunca es demasiado pronto. Si te organizas ya desde el primer día del cuatrimestre o del curso, mucho mejor.

- Analiza cómo usas tu tiempo y en qué lo pierdes

Para aprender a aprovechar el tiempo, primero hay que saber en qué lo invertimos o dónde lo perdemos. Una práctica es anotar durante una o dos semanas todas las cosas que se hacen para así poder analizar cómo distribuyes los tiempos.

Este análisis inicial sirve también para identificar todos esos ladrones del tiempo y eliminarlos o reducir su impacto tanto como sea posible. El más habitual es la tecnología (móvil y redes sociales)

- Márcate objetivos y aprende a diferenciar lo urgente de lo importante

Echar horas delante del libro o navegar entre trabajos pendientes de entregar durante toda una tarde de poco sirve si antes no te has marcado un objetivo. Antes de empezar con cada sesión de estudio o de trabajo, pregúntate qué quieres conseguir cuando termines, ¿avanzar dos temas?, ¿buscar toda la documentación que necesitas? El objetivo debe ser concreto y asumible, ya que si es demasiado ambicioso terminará generando frustración.

- Planifica con papel y reloj

Todos esos objetivos y listas de tareas pendientes, bien priorizadas, se tienen que plasmar en una planificación. Y no valen las cábalas mentales de que el lunes estudio un rato y el martes termino esa práctica pendiente. Hay que sacar papel y reloj para pintar el mes, la semana y el día e ir ubicando en cada hueco las tareas, con un tiempo asignado.

- No te olvides del descanso

Tan importante como reservar tiempo para el estudio es planificar los momentos de descanso. Durante las sesiones de trabajo y fuera de ellas, para equilibrar el estudio con otras actividades: deporte, ocio... Los expertos recomiendan huir de las jornadas maratonianas y de los atracones.

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