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Sufrir TDAH y estudiar en la universidad, más fácil

El TDAH es uno de los trastornos en los que los síntomas son más criticados y estigmatizados, especialmente en el entorno académico

Sufrir Trastorno por Déficit de Atención (TDA) o con Hiperactividad (TDAH) y querer realizar estudios universitarios empieza a ser más fácil.  Distintas universidades públicas en España han comenzado a aplicar protocolos de ayuda para los estudiantes con una patología que hasta 2013 no se incluyó en la lista de trastornos con necesidades de apoyo educativo en Ley de educación (LOMCE).

Aunque no existe un registro oficial de cuántos estudiantes hay en España con TDA y TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad), los expertos señalan que afecta al 5 por ciento de la población infantil. Hasta este año, la mayoría de universidades públicas no disponían de protocolos de ayuda a este colectivo, informa El País.

En el caso de la Complutense, por ejemplo, fue el pasado mayo cuando se empezaron a ofrecer sesiones personalizadas para enseñar técnicas de estudio, adaptaciones de los exámenes con enunciados mucho más claros o tiempo extra, unos 20 minutos, para la realización de las pruebas. También un 50 por ciento de tiempo extra para los préstamos bibliotecarios.

¿Qué es el TDAH? Es un trastorno del neurodesarrollo, y los que lo sufren tienen un 33 por ciento menos de madurez cerebral que otras personas de su misma edad. Se dan tres síntomas claros: impulsividad (dificultad para gestionar las emociones), problemas para mantener la atención y, en algunos casos, hiperactividad (necesidad de movimiento constante).

Según Rafael Guerrero, profesor de la Facultad de Educación de la Complutense y autor del libro “Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Entre la patología y la normalidad”, el TDAH es uno de los trastornos en los que los síntomas son más criticados y estigmatizados, especialmente en el entorno académico. "Se dice de ellos que son impulsivos y se ganan etiquetas de nunca se entera o siempre mete la pata. Incluso se piensa que son maleducados o malas personas", señala.

Uno de los problemas principales es el desconocimiento por parte del profesorado. "Tienen que entender que este trastorno afecta, entre otras, a la memoria operativa. Por ejemplo, en el cálculo matemático les cuesta mantener los datos, operar con ellos y procesarlos", explica. La narración es otro de sus puntos débiles. "Les cuesta seguir el hilo narrativo, leen dos páginas y retienen poco, les resulta complicado extraer conclusiones". Por ese motivo, tienen dificultades para automotivarse y requieren más estímulos por parte del profesor.

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