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Portugal, paraíso fiscal de las personas jubiladas

Los ahorros y pensiones no tributan en el país vecino ni tampoco en el de origen

Portugal se ha convertido, en  la actualidad, en el paraíso fiscal de las personas jubiladas, ya que los ahorros y pensiones no tributan en el país vecino ni tampoco en el de origen. En el último año, los extranjeros que han solicitado la residencia no habitual en el país han aumentado un 44 por ciento.

El 90 por ciento de quienes compran una casa portuguesa para conseguir un visado comunitario son chinos, mientras que los residentes no habituales son europeos, principalmente franceses, alemanes y nórdicos. Basta comprar o alquilar un piso y residir en el país la mayor parte del año para disfrutar de una jubilación de oro (si la pensión lo permite). En ese caso, ahorros y pensiones no tributan en Portugal, pero tampoco en el país de origen. Ese régimen de residente circunstancial dura 10 años.

Lo curioso de esta corriente de residentes no habituales es que se basa en una ley de 2009 que, hasta hace unos años, apenas había llamado la atención entre los ciudadanos de otros países europeos. Ha sido la explosión turística que vive el país, especialmente Lisboa, en los tres últimos años, lo que ha disparado las solicitudes para acogerse a los beneficios de esa figura fiscal. En un año han pasado de 7.400 solicitudes a 10.600.

Los acuerdos fiscales entre países han ido acabando con la injusticia de la doble tributación por unos mismos ingresos. Por lo general, se deja que sea el país del residente el que cobre los impuestos; es ahí donde Portugal decide no cobrar impuestos sobre rendimientos procedentes de otros países. Las ventajas fiscales no son muy diferentes a las que tienen otros europeos, pero, en igualdad de condiciones tributarias, Portugal gana por su clima, el coste y la calidad de vida.

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