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¿Por qué dormimos menos cuando nos hacemos mayores?

Las personas mayores pierden la capacidad de conseguir un sueño continuado, lo que provoca que este se redistribuya a lo largo de las 24 horas del día y sean frecuentes las siestas diurnas.

Es un hecho que con el paso del tiempo existe un descenso en el tiempo total de sueño y en su eficiencia. Las personas mayores pierden la capacidad de conseguir un sueño continuado, lo que provoca que este se redistribuya a lo largo de las 24 horas del día y sean frecuentes las siestas diurnas.

Este cambio se debe a una modificación en el sueño no REM, con un decremento significativo y progresivo del sueño lento profundo, que frecuentemente asocia un incremento compensador en la cantidad de sueño lento superficial, informa El País.

Olga Mediano, neumóloga y coordinadora del Área de Sueño de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), afirma que conforme se van cumpliendo años las personas duermen de forma “diferente”. Este cambio en la forma en la que se duerme forma parte del envejecimiento natural del organismo y es el que provoca en el ser humano la sensación de que se duerme peor según se va envejeciendo.

Pero, en ocasiones, tal y como señala el doctor Oriol Franch, jefe de la Unidad de Neurología del Hospital Ruber Internacional, además de los cambios relacionados con el envejecimiento normal en los adultos mayores, pueden aparecer otros factores que causan trastornos del sueño.

Entre estos destacan los cambios en el estilo de vida que acompañan a la jubilación, la soledad o la enfermedad y que, con frecuencia, contribuyen a los malos hábitos que perjudican el sueño.

Algunos consejos que pueden ayudar a conciliar el sueño son:

- Levantarse todas las mañanas a la misma hora, incluso durante los fines de semana y las vacaciones.

- Dormir el tiempo necesario para estar descansado.

- No dormir durante el día (siesta) o siesta corta (20-30 minutos).

- Hacer ejercicio físico todos los días (ej. pasear, caminar a paso rápido, bicicleta estática, nadar, bailar). Un paseo al final de la tarde es beneficioso.

- Evitar las bebidas estimulantes (café, té, colas).

- Evitar las bebidas alcohólicas por la noche.

- No beber en abundancia por la noche para evitar la necesidad de micciones nocturnas.

- Cenar por lo menos dos horas antes de la hora prevista para acostarse. En el caso de que al ir a la cama tenga hambre debe tomar algo ligero.

- Aprender a relajarse antes de acostarse. Establecer una serie de actividades relajantes antes de acostarse (baño, música suave, lectura siempre con luz muy suave) y combinarlas cada día de forma rutinaria.

- Evitar permanecer despierto en la cama. Si no puede dormir pasados 20-30 minutos, es preferible levantarse de la cama y salir del dormitorio. En esta situación debe intentar relajarse y no volver a la cama hasta que vuelva a tener sueño.

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