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Propuesta "insuficiente" de nuevas plazas EIR

SATSE continúa demandando ante las diferentes administraciones públicas, como uno de sus objetivos prioritarios, el reconocimiento de las especialidades para alcanzar un mayor desarrollo de los profesionales enfermeros en función de su formación, competencias y cualificación.

Los gobiernos de las comunidades autónomas ya han “movido ficha” y han hecho su propuesta inicial de plazas de enfermeras internas residentes (EIR), para la convocatoria 2017-2018. Un año más, el aumento de plazas propuesto es “irrisorio” y no da respuesta a las necesidades existentes en los diferentes servicios de salud.

En concreto, se han propuesto un total de 1.049 plazas, 55 más que las convocadas finalmente este año. De ellas, 193 corresponden a la especialidad de Enfermería de Salud Mental; 18 a Enfermería del Trabajo, 317 a Enfermería Familiar y Comunitaria, 21 a Enfermería Geriátrica;  372 a Enfermería Obstétrico-Ginecológica (matronas) y 128 a Enfermería Pediátrica.

Las cifras definitivas se conocerán cuando se celebre en próximas semanas la Comisión  de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud.

SATSE continúa demandando ante las diferentes administraciones públicas, como uno de sus objetivos prioritarios, el reconocimiento de las especialidades para alcanzar un mayor desarrollo de los profesionales enfermeros en función de su formación, competencias y cualificación.

En los últimos tiempos, recuerdan desde SATSE, se han ido introduciendo avances desiguales e insuficientes en la implantación de las especialidades en los servicios de salud, generando expectación entre los profesionales que han concluido o están realizando su formación de residentes, los cuales aspiran legítimamente a poder trabajar como tales.

Al respecto, SATSE reitera que es imprescindible que se definan los puestos de trabajo que requieran ser catalogados como específicos de cada especialidad, y posibilitar el acceso voluntario a la plaza de especialista a través de un sistema extraordinario para aquellos profesionales de Enfermería que ya ocupan dichas plazas y dispongan del título de especialista correspondiente, sin hacer diferenciación en función de la vía de obtención de la especialidad.

También entiende fundamental el reconocimiento real de la especialización enfermera y que se regulen las funciones específicas de los enfermeros especialistas de acuerdo con las competencias profesionales previstas en los programas formativos correspondientes.